Lucía era una joven cantante de rock que había alcanzado la fama con su primer disco. Tenía una voz potente y una personalidad rebelde que cautivaba a sus fans. Sin embargo, también tenía una vida llena de excesos y problemas. Consumía drogas, alcohol y medicamentos para aliviar su ansiedad y su depresión. Su relación con su novio, un famoso guitarrista, era tormentosa y violenta. Y su discográfica le exigía más y más éxitos, sin importarle su salud.
Lucía estaba a punto de cumplir 27 años, y sentía que algo malo iba a pasar. Había oído hablar de la maldición del club de los 27, una leyenda urbana que decía que muchos artistas famosos habían muerto a esa edad. Lucía no creía en esas cosas, pero no podía evitar sentir un escalofrío cada vez que pensaba en ello.
La noche de su cumpleaños, Lucía decidió celebrarlo con una gran fiesta en su mansión. Invitó a sus amigos, a sus compañeros de banda y a algunos periodistas. Quería demostrar que estaba bien, que era feliz y que no le temía a nada. Pero en el fondo, sabía que era una farsa.
La fiesta se convirtió en un caos. La música estaba a todo volumen, la gente bebía y se drogaba sin control, y Lucía se sentía cada vez más agobiada. Su novio se peleó con otro invitado y le rompió una botella en la cabeza. Lucía trató de separarlos, pero recibió un golpe en la cara que le hizo sangrar. Furiosa, le gritó que se fuera y que no quería volver a verlo. Él le respondió que era una maldita loca y que se iba a arrepentir.Lucía corrió a su habitación y se encerró con llave. Se miró al espejo y se vio el labio partido y el ojo morado. Se sintió miserable y sola. Buscó en su cajón una caja de pastillas y se tragó tres. Luego, cogió una botella de whisky y se bebió un buen trago. Quería acabar con su sufrimiento, quería dormir y relajarse. Olvidar.
Pero no fue así. Lo que pasó después fue una pesadilla.Lucía empezó a alucinar durante horas. Veía en el espejo las caras de los artistas muertos a los 27 años, que la miraban con una sonrisa maliciosa. Le hablaban con voces burlonas y le decían que se uniera a ellos, que era su destino, que ella era parte del club. Lucía intentaba taparse los oídos, pero no podía escapar de sus voces. Sentía como si la estuviesen arrastrando hacia el infierno.
Gritó, pero nadie la oyó. La música seguía sonando y la fiesta seguía. Nadie se dio cuenta de que estaba agonizando.Cuando la encontraron al día siguiente, ya era demasiado tarde. Estaba tirada en el suelo, con los ojos abiertos y una horrible expresión de terror. Tenía espuma en la boca y marcas de arañazos en todo el cuello. Se había estrangulado a sí misma.
La noticia de su muerte conmocionó al mundo. Todos lamentaron la pérdida de una gran artista, que se había ido demasiado pronto. Algunos dijeron que era una tragedia, otros que era una coincidencia, y otros que era una maldición. Pero nadie supo la verdad. Nadie supo lo que Lucía había visto y oído en sus últimos momentos. Nadie supo que Lucía había sido un nueva víctima del club de los 27.
NOTA HISTORICA: El Club de los 27 es una leyenda urbana ligada a populares músicos, actores y otros artistas que murieron a la edad de 27 años. Algunos de los que supuestamente cayeron en esta maldición eran Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y, más recientemente, Amy Winehouse.